| Santa Rita de Casia bautizada como Margherita Lotti, fue una religiosa italiana nacia en el pueblo de Cascia. Ella quiso dedicarse a la vida religiosa pero sus padres la hicieron casar con Paolo Mancini, un hombre que la hizo sufrir mucho, pero ella se consolaba en la oración y le devolvió su crueldad con bondad, logrando su conversión a Cristo con el paso de los años.
Después de perder a su esposo y a sus hijos mellizos, santa Rita entró en el monasterio de las monjas agustinas en Cascia.
Al igual que Santa Isabel de Portugal y san Diego de Alcalá, ella contaba que su marido le prohibía dar de comer a los pobres y un día en que estaba saliendo de su casa con un pan bajo sus ropas, Mancini la confrontó y le quitó el vestido: pero el pan se había convertido milagrosamente en rosas.
También existe la leyenda de que, inmediatamente después de que Santa Rita fue bautizada, unas abejas blancas entraban y salían de la boca de Rita sin hacerle daño.
Después de 200 años de la muerte de Santa Rita, algo extraño ocurrió en el monasterio de Cascia. Las abejas blancas surgían de las paredes del monasterio durante Semana Santa de cada año y permanecían hasta la fiesta de Santa Rita, el 22 de mayo, cuando retornaban a la inactividad hasta la Semana Santa del próximo año. Los huecos en la pared, donde las abejas tradicionalmente permanecen hasta el siguiente año, pueden ser vistos claramente por los peregrinos que llegan hoy al monasterio.